Hombre calvo sosteniendo una maguinilla de afeitar

¿Cuándo es posible someterse a un injerto capilar sin rapar?

Los injertos capilares se han asociado, durante mucho tiempo, con la necesidad de rapar toda la cabeza para obtener unos resultados óptimos. Por suerte, en los últimos tiempos, los avances médicos han introducido métodos que desafían esta norma. ¿Y si pudieras someterte a un injerto capilar sin rapar la cabeza?

A continuación, te ofrecemos un análisis exhaustivo del injerto capilar sin rapar, una modalidad que tiene sus ventajas, pero que no siempre es posible. Sigue leyendo y descubre si esta alternativa es la opción adecuada para ti.

Índice


  1. ¿Se puede hacer un injerto capilar sin rapar?
  2. Dr. Balwi te explica en un video cuándo es posible trasplantar sin rapar
  3. Aspectos que se deben tener en cuenta
  4. ¿Cuál es el proceso del injerto capilar sin rapar?
  5. Beneficios y riesgos de estos trasplantes
Mujer sonriente con cabeza rapada y bufanda

¿Se puede hacer un injerto capilar sin rapar?


El trasplante capilar es una técnica quirúrgica que permite repoblar ciertas zonas de la cabeza afectadas por la caída de pelo, usando cabello extraído de las áreas donantes. En la inmensa mayoría de los casos, las zonas donantes se encuentran en la parte posterior y los laterales de la cabeza del propio paciente. El trasplante capilar no admite usar cabello de otras personas para la intervención y en muy pocas ocasiones se puede llevar a cabo usando pelo del cuerpo.

Teniendo esto en cuenta, lo más normal es que el día de la operación se rapen las zonas donante y receptora. No se recomienda que el propio paciente se rape la cabeza en casa, ya que el rasurado se lleva a cabo en la clínica. El rapado puede ser total o parcial, el cual es normalmente una franja en la zona donante.

Muchos pacientes no se sienten cómodos con la idea de tener que raparse la cabeza para el trasplante capilar. Algunos de los motivos más comunes para estar en contra son:

  • El paciente tiene el cabello largo y no quiere renunciar a él, especialmente mujeres y hombres con melena larga.
  • El cabello rapado no permite disimular el trasplante capilar en las semanas posteriores a la intervención, especialmente en la parte posterior de la cabeza.
  • Por algún motivo, el pelo tan corto puede verse como algo no socialmente aceptable para el paciente, ya sea por motivos laborales o de imagen.

El trasplante sin rapar no es imposible, pero no es recomendable la mayor parte de las veces. Todo depende de la cantidad de injertos necesarios durante el proceso de extracción y de la superficie total afectada por la calvicie.

Dr. Balwi te explica en un video cuándo es posible trasplantar sin rapar


En este video del Dr. Balwi podrás conocer las ventajas y desventajas de los trasplantes capilares sin rasurar la cabeza.

Qué se debe tener en cuenta antes de someterse a un injerto capilar sin rapar


Un injerto capilar sin rapar ofrece a las personas la oportunidad de someterse al procedimiento sin necesidad de afeitarse completamente la cabeza. Esto no quiere decir que no se tenga que hacer ningún tipo de afeitado. Rapar la zona donante siempre es necesario. No obstante, en lugar de afeitar toda la cabeza, solo se afeitan partes específicas y de la forma más sutil posible.

Así pues, este enfoque da prioridad a la discreción y suele ser el preferido por quienes que tienen un especial deseo de mantener la longitud actual de su cabello durante el proceso de trasplante. He aquí un breve resumen de los tipos y sus variaciones:

  • FUE: el método FUE moderno, que tradicionalmente requiere afeitado, puede modificarse para conseguir un injerto capilar sin rapar. Para ello, se afeitan en tiras o parches pequeñas secciones de la zona donante (a menudo, la parte posterior o los lados de la cabeza), lo que permite que el cabello circundante cubra las zonas afeitadas.
  • DHI: esta técnica es igual que la FUE, pero utiliza una herramienta especial, el Choi Pen, para implantar folículos pilosos. Este método es de los más aconsejables a la hora de evitar rapar la cabeza, especialmente cuando se tratan zonas más pequeñas.
  • FUSS o FUT: en lugar de extraer folículos individuales, se extrae una tira de piel con pelo. Por lo tanto, solo se rasura la zona de la tira y, una vez extraídos los folículos, el resto del pelo puede camuflar la zona donante.
Zona receptora de un injerto capilar sin rapar totalmente

¿Cuál es el proceso del injerto capilar sin rapar?


El procedimiento de injerto capilar sin rapar es muy similar al procedimiento tradicional. Así pues, comienza con una consulta exhaustiva para conocer las expectativas del paciente y evaluar las posibilidades de la intervención. De este modo, se determina el diseño del trasplante.

A continuación, se delimita la zona donante. Es decir, la zona de la que se extraerá el cabello, una zona que suele carecer del código genético responsable de la calvicie. Una vez en el quirófano, se aplica anestesia local para garantizar que el paciente no sienta molestias durante ninguna parte del proceso.

La fase de extracción comienza utilizando una aguja hueca, una herramienta especializada para la separación de los injertos. Después de seleccionarlos y cortar con la aguja, los folículos pilosos se extraen cuidadosamente. Una vez extraídos, estos folículos se colocan en una solución hidratante y nutritiva para mantener su vitalidad y garantizar su supervivencia fuera del organismo.

A continuación, los folículos se inspeccionan, controlan y clasifican, mientras se mantienen hidratados a una temperatura controlada. Tras esto, se realizan incisiones en la zona receptora utilizando las cuchillas de zafiro o se implantan sin abrir canales con el Choi Pen. Finalmente, se implantan las unidades foliculares, una por una, siguiendo la profundidad, la densidad y el ángulo del patrón de crecimiento natural del pelo.

La principal diferencia entre el injerto capilar con y sin rasurado es el paso preparatorio. El injerto tradicional requiere afeitar toda la cabeza, lo que ofrece a los cirujanos una visión más clara y un procedimiento, a menudo, más rápido. En cambio, los métodos sin afeitado hacen hincapié en la discreción, pero pueden alargar la duración del procedimiento, ya que requieren una atención más meticulosa para garantizar unos resultados eficaces.

Beneficios y riesgos de estos trasplantes


El injerto capilar sin rapar presenta varias ventajas. La principal, que ya hemos mencionado anteriormente, es que ofrece una mayor discreción, ya que permite a los pacientes mantener el peinado o aspecto habitual después de la intervención. En las intervenciones con rapado, la zona receptora también está afeitada, por lo que es mucho más difícil disimularla. Por el contrario, al evitar el rapado, las zonas receptoras pueden disimularse con el pelo que ya tiene el paciente, lo que aumenta su confianza general.

Sin embargo, aunque es una ventaja muy importante, hay que tener en cuenta algunas desventajas. El injerto capilar sin rapar proporciona menos visibilidad durante el procedimiento, lo que puede complicar y prolongar el proceso. Además, puesto que la zona que sí se afeita es pequeña, puede haber limitaciones en el número de unidades foliculares que pueden implantarse en una sola sesión. Esto se traduce en la posibilidad de tener que realizar más sesiones que con el injerto tradicional.

En cuanto a los riesgos, un procedimiento sin rasurado puede reducir la tasa de supervivencia de las unidades implantadas, dado que el cabello existente podría interferir en el proceso de cicatrización. Así mismo, existe un mayor riesgo de infección debido a la menor higiene tanto durante el procedimiento como durante la recuperación, ya que el resto del cabello dificulta la correcta higiene de la zona.