Imagen de un hombre con barba blanca pensando en casos exentos de un injerto capilar como su caso

¿Cuándo no se puede hacer un injerto capilar?

No cabe duda de que el trasplante capilar se ha posicionado como la mejor opción para recuperar el cabello pérdido. Sin embargo, aunque siempre se intenta combatir un problema tan visible como la alopecia con la terapia más efectiva, en determinadas circunstancias no es posible someterse a este tratamiento. A continuación, te mostramos cuándo un paciente no se puede hacer un injerto capilar y algunas de las alternativas que tiene para recuperar el cabello.

Índice


  1. ¿Qué es un trasplante de pelo?
  2. ¿En qué casos no es posible realizar un injerto capilar?
  3. Otras soluciones y alternativas para recuperar el cabello
Enfermedad no apta para trasplante capilar.

¿Qué es un trasplante de pelo?


Un trasplante de pelo es un procedimiento quirúrigico en el que se extraen unidades foliculares de la zona donante del paciente, normalmente la parte posterior de la cabeza, y se trasplantan en la zona afectada por caída de pelo.

El injerto capilar es el método más efectivo para combatir la alopecia androgenética. Las técnicas modernas ofrecen unos resultados excepcionales y este tratamiento es ideal tanto para hombre como mujeres.

Casos en los que un paciente no es apto para un trasplante capilar


La mayoría de personas que padecen alopecia androgénica suelen ser buenas candidatas en algún momento de la evolución de su afección. Generalmente, se puede realizar un trasplante capilar a cualquier persona que cuente con una pérdida de cabello visible, suficiente pelo de excelente calidad en la zona donante, un cuero cabelludo sano, un estado de salud general bueno y unas expectativas razonables.

Además, cuando el trasplante capilar lo realiza un equipo médico cualificado y experimentado, los resultados son naturales y duraderos. Por eso, muchas personas desean solucionar sus problemas de calvicie con un trasplante. No obstante, hay ciertos factores que impiden llevar a cabo este tipo de operaciones con éxito. Algunos de los más comunes son:

  • Calvicie en estados muy avanzados

Muchos pacientes con un estado de calvicie avanzado presentan una zona donante de mala calidad o limitada, lo que les convierte en candidatos relativamente malos para la cirugía. Con una zona donante pobre solo se puede cubrir una parte pequeña de la zona receptora, lo que impide aumentar la densidad visualmente. Esto no significa que estos pacientes no puedan operarse, sino que el resultado no sería óptimo y, por ello, se suelen evitar este tipo de trasplantes.

  • Pacientes muy jóvenes

Hay que ser especialmente cauteloso a la hora de tratar con pacientes varones jóvenes que padecen alopecia desde el final de la adolescencia y el principio de la veintena. A menudo, cuando la calvicie común se desarrolla a una edad tan temprana, avanza con gran rapidez y es emocionalmente devastadora para el paciente.

El tratamiento adecuado de estos pacientes implica que el médico dedique tiempo a explicar la naturaleza progresiva de la calvicie y la necesidad de un tratamiento continuo durante la edad adulta. Se recomienda comenzar con un tratamiento médico con el objetivo de estabilizar la progresión de la alopecia. De ese modo, se ve cómo va evolucionando la calvicie del paciente y se intenta recuperar parte de la densidad perdida antes de realizar un trasplante capilar.

  • Pacientes con calvicie muy leve

La mayoría de los pacientes que desean someterse a un trasplante de pelo presentan algunas zonas de la parte superior de la cabeza con pérdida de densidad capilar fácilmente visible. Lo normal es que se haya perdido más del 50 % de la densidad capilar nativa. Este es el umbral a partir del cual se puede realizar un injerto capilar sin correr el riesgo de dañar el cabello sin miniaturizar del área receptora.

Algunos pacientes no presentan ninguna zona del cuero cabelludo que muestre tal adelgazamiento. Por eso, estos pacientes deben comenzar primero con una terapia con medicamentos y hacer un seguimiento continuo hasta el momento en que la pérdida de densidad capilar alcance el umbral para el trasplante.

  • Alopecias no aptas para trasplantes

Aunque los injertos capilares son un método eficaz para recuperar el pelo de manera permanente, no son adecuados para todas las alopecias. Las alopecias cicatriciales como el liquen plano o el lupus eritematoso no son aptas, ya que no solo existe un alto riesgo de fracaso, sino que la cirugía podría exacerbar la enfermedad.

La alopecia areata es otra pérdida de pelo no apta para implantes capilares. Esta caída irregular del cabello puede producirse en cualquier parte del cuero cabelludo, la barba o el vello corporal. La cirugía puede precipitar una recaída y el pelo trasplantado puede verse afectado. Si no ha habido ningún episodio activo durante un periodo de 2 años o más, el riesgo con el trasplante capilar disminuye, pero no desaparece.

  • Cabello con pelo fino

Los pacientes con pelo fino en todo el cuero cabelludo no disponen de una buena zona donante. Por ejemplo, en algunos casos de alopecia difusa, la miniaturización y la pérdida de densidad no se limitan a la parte superior de la cabeza, sino que también afectan a las zonas temporal, parietal y occipital del cuero cabelludo. Además, si el área donante no es inmune a la miniaturización provocada por la dihidrotestosterona, no tiene sentido hacer un trasplante capilar.

Enfermedades, trastornos y otros posibles problemas

El trastorno dismórfico corporal es una de las alteraciones psicológicas más complejas y es un error trasplantar a estos pacientes. Las personas con este trastorno tienen un alto riesgo de quedar insatisfechos con el resultado y de buscar un sinfín de cirugías correctivas.

La tricotilomanía es otro trastorno de riesgo y no se debe operar, aunque a veces es difícil identificar si el paciente también padece una caída del cabello de patrón común. Preguntar a los pacientes si se arrancan del cabello debe formar parte de la rutina de la consulta, al igual que un examen de las zonas afectadas en busca de pelos rotos.

Los fumadores corren el riesgo de que el trasplante capilar tenga un rendimiento deficiente debido a los efectos vasculares del tabaco. Los diabéticos con daño microvascular y las personas con daño solar extenso en el cuero cabelludo también pueden tener resultados poco óptimos.

Los pacientes con enfermedades crónicas como hipertensión, cardiopatías, diabetes, consumo excesivo de alcohol, inmunodeficiencia, anticoagulación, etc., pueden someterse a un trasplante capilar si estas enfermedades se reconocen y controlan antes y durante la intervención.

Otras soluciones y alternativas para recuperar el cabello


Aunque el trasplante de pelo es una de las soluciones más eficaces para recuperar el cabello, actualmente hay alternativas para los pacientes que no son aptos para los injertos capilares. Algunas soluciones para mejorar el crecimiento del pelo, así como retrasar el avance de la calvicie pueden ser los siguientes:

  • Mesoterapia 

La mesoterapia es una de las alternativas que tiene un paciente que no es apto para un trasplante capilar. A través de microinyecciones de medicinas, vitaminas y nutrientes, esta bioestimulación terapéutica trata de manera eficaz las zonas afectadas por la alopecia.

  • Medicamentos y suplementos

Tratamientos como el minoxidil o la finasterida pueden ayudar a detener la caída del pelo y recuperar parte del cabello. Los suplementos como la biotina y queratina promueven el crecimiento y hacen que el cabello se vuelva más sano y fuerte.

  • Micropigmentación  

Algunos pacientes con un grado 6-7 de la escala Hamilton-Norwood no son aptos para un injerto capilar u otras terapias con fármacos. Por eso, muchos eligen mejorar su imagen con una sesión de micropigmentación capilar. Este tratamiento es similar a un tatuaje de pelo que crea un efecto visual similar a una cabeza rapada.