arrancarse compulsivamente los pelos

¿Qué es la tricotilomanía?

Se denomina tricotilomanía al trastorno psiquiátrico que se caracteriza por el impulso o deseo irresistible de arrancarse el pelo del cuero cabelludo, las cejas, las pestañas o el vello púbico. La persona que padece este trastorno obsesivo-compulsivo puede llegar a provocar la aparición de alopecia en forma de parches irregulares o caída difusa.

Aunque la causa de la tricotilomanía no se conoce con exactitud, se sabe que este trastorno suele comenzar en la adolescencia y afecta más a las mujeres que a los hombres. A continuación, le mostramos las posibles causas, los síntomas más habituales y los tratamientos más efectivos.

Índice


  1. ¿Por qué se arrancan el pelo algunas personas?
  2. ¿Cómo identificar los síntomas de la tricotilomanía?
  3. Posibles complicaciones de este trastorno
  4. Tratamientos contra la tricotilomanía
Mujer tirándose del cabello en dos direcciones

¿Por qué se arrancan el pelo algunas personas?

Pese a que el estudio de la costumbre de arrancarse el pelo aparece en la literatura científica desde finales del siglo XIX, todavía no se conoce la causa exacta de la tricotilomanía. Se cree que diversos factores genéticos y medioambientales juegan un papel importante en la aparición del trastorno. Al igual que en otras alteraciones psiquiátricas con múltiples causalidades, una combinación de factores como el estrés, la ansiedad y la depresión pueden explicar el origen de la tricotilomanía en muchos casos.

Varios estudios indican que los desencadenantes de este trastorno pueden ser sensoriales, emocionales o cognitivos. Los pacientes suelen describir dos tipos de comportamiento: el tirón de pelo automático o inconsciente que hacen sin darse cuenta, y el tirón de pelo enfocado o consciente que busca una sensación de alivio o placer. Aun cuando pueda parecer un problema superficial en las primeras fases, si no es tratada a tiempo, la tricotilomanía puede llegar a tener un impacto muy negativo en la calidad de vida de la persona afectada.

¿Cómo identificar los síntomas de la tricotilomanía?

La tricotilomanía suele aparecer en los primeros años de la adolescencia, generalmente entre los 10 y 13 años. La mayoría de personas que padecen este trastorno solo se arrancan el pelo en privado e intentan ocultarlo a los demás. Y aunque se arranquen el pelo conscientemente, suelen negarlo. La tricotilomanía puede ser difícil de identificar, sobre todo en las primeras etapas, pero se suele observar una serie de signos y síntomas como:

  • Cabello con un aspecto irregular
  • Cuero cabelludo con calvas o caída difusa
  • Zonas afectadas con pelo corto, grueso y recio
  • Manipulación constante del cabello o vello corporal
  • Rituales antes o después de arrancarse el pelo
  • Tricofagia o ingestión del pelo arrancado
  • Negación del hecho de arrancarse el pelo
  • Estrés en el hogar, colegio o trabajo
Mujer rodeada de notas pos-it en la oficina

Posibles complicaciones de este trastorno

Arrancarse el pelo es un trastorno obsesivo-compulsivo que puede llegar a ser crónico. La detección en sus primeras fases puede evitar la aparición de dificultades que empeoren la salud física y psíquica de la persona afectada. Algunas de las complicaciones más frecuentes son:

  • Alopecia. La pérdida de cabello puede ser permanente en algunas zonas, sobre todo en las que han estado sufriendo tirones durante muchos años.
  • Tricobezoar. La tricofagia o consumo de cabello puede provocar la formación de bolas de pelo en el estómago. Los tricobezoares no se pueden digerir y provocan desde vómitos y estreñimiento, hasta la muerte en casos extremos.
  • Problemas psíquicos. Muchas personas que padecen tricotilomanía también tienen una baja autoestima y sufren de depresión, ansiedad y adicción a sustancias. Estos problemas están relacionados con la incapacidad del afectado para dejar de arrancarse el pelo y la dificultad para ocultar la alopecia resultante.
  • Problemas sociales. Algunas personas con este trastorno evitan la cercanía y las relaciones íntimas con otras personas por miedo a que se descubra la enfermedad. También procuran no realizar actividades que puedan exponer sus problemas de alopecia como la natación. Asimismo, esa fobia social suele afectar a su vida laboral.

Tratamientos contra la tricotilomanía

Aunque todavía no existe un tratamiento universal para tratar la tricotilomanía, se sabe que las terapias psicológicas suelen tener efectos positivos en la mayoría de pacientes y reducen o contienen por completo el hábito de arrancarse el cabello. También se sabe que algunos medicamentos pueden ayudar a controlar los síntomas. Los tratamientos terapéuticos y farmacológicos con más éxito son:

  • Terapia de reversión de hábitos. El autocontrol y el control de estímulos son los aspectos centrales de esta terapia. Durante el autocontrol el paciente debe realizar un seguimiento de cómo y cuándo se arranca el cabello, etc. Mientras que durante el procedimiento para controlar los estímulos, el paciente debe modificar su entorno, ya que así podrá reducir las señales que le impulsan a arrancarse el pelo.
  • Terapia cognitiva. Esta terapia ayuda a identificar los errores cognitivos del paciente y los pensamientos o ideas que tiene sobre su cabello o apariencia. En la práctica, la mayor parte de profesionales combinan la terapia cognitiva conductual con la terapia de reversión de hábitos.
  • Terapia de aceptación y compromiso. Esta terapia también se suele combinar con otros tratamientos y tiene como objetivo ayudar al paciente a que tenga una mayor comprensión y aceptación de las emociones que le impulsan a arrancarse el cabello.
  • NAC o N-acetilcisteína. Este fármaco ha demostrado que dos dosis de 1200 mg al día reducen las ganas de arrancarse el pelo de los pacientes.

Dado que la respuesta a los tratamientos suele ser parcial, se debe someter a los pacientes a una evaluación psiquiátrica exhaustiva para poder establecer un diagnóstico preciso y determinar si hay otros trastornos psicológicos concurrentes. Las personas con tricotilomanía deben superarla antes de buscar soluciones quirúrgicas o farmacológicas para su caída de pelo. El injerto capilar solo es una opción viable para los pacientes que ya han superado el trastorno, tienen calvas permanentes y disponen de una zona donante óptima.