Hombre con calvicie mirando a cámara y preguntándose si un injerto capilar es la mejor solución.

¿Cómo afecta la alopecia a las emociones y viceversa?

La relación entre la alopecia y las emociones es compleja. Muchas personas afrontan la caída del cabello como una etapa más de la vida, mientras que otras se vuelven inseguras y tienen una baja autoestima. A continuación, te explicaremos con más detalle cómo afecta la pérdida de pelo al estado anímico y cómo algunos problemas emocionales pueden provocar caídas de pelo como la alopecia areata.

Índice


  1. Causas y efectos de la caída de pelo
  2. ¿Cómo afecta la caída del cabello a las emociones?
  3. Trastornos emocionales que pueden producir alopecia
Mujer revisando el problema de alopecia que sufre en un cepillo lleno de pelo

Causas y efectos de la caída de pelo

La calvicie común afecta tanto a hombres como a mujeres y se ha convertido en un aspecto que perjudica a la imagen que muchas personas tienen de sí mismas. El concepto psicológico de imagen corporal se refiere a los pensamientos, sentimientos, percepciones y cambios de comportamiento relacionados con el aspecto físico. 

A pesar de que la alopecia androgénica es frecuente, muchas personas padecen trastornos de autoestima relacionados con la pérdida y el debilitamiento de su cabello. ¿Y qué significado emocional tiene la alopecia? Las emociones asociadas a la alopecia son la timidez, la vergüenza, la frustración y los celos. El conocimiento de estos efectos puede ayudar a que el tratamiento de los pacientes con pérdida de cabello sea más efectivo.

Por otra parte, aunque los expertos no han encontrado pruebas que sugieran que la depresión cause directamente la caída del cabello, este trastorno emocional está relacionado con el nivel de estrés y puede tener un papel indirecto en el debilitamiento del cuero cabelludo. Además, el estrés puede influir en la aparición de varios tipos de caída de pelo como el efluvio telógeno, la tricotilomanía y la alopecia areata, esta última en aquellas personas con predisposición genética.

¿Cómo afecta la caída del cabello a las emociones?

Histórica y culturalmente, la abundancia de pelo es sinónimo de salud, juventud y belleza. Contar con una melena bonita da seguridad, confianza y mejora la capacidad de relacionarse con los demás. Algunas personas tienden a aislarse por culpa de su pérdida capilar. Es algo aún más frecuente en los casos extremos de alopecia femenina y, también, cuando se manifiesta a una edad muy temprana.

Por todo ello, la pérdida de cabello no solo es una cuestión estética, si no que, a veces, es un auténtico problema de salud. Estas son algunas de las consecuencias emocionales ligadas a la ausencia de cabello:

  • Inseguridad

La calvicie a menudo hace que las personas que sufren este problema se sientan inseguras con su imagen. 

  • Baja autoestima

Muchas personas dejan de aceptarse y de sentirse valiosas cuando se les cae el pelo. 

  • Depresión 

La depresión es un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por sentimientos de menor valía hacia sí mismo. 

  • Trastorno dismórfico corporal

Este trastorno mental no permite que las personas que la padecen dejen de pensar en un defecto físico percibido. Normalmente este defecto es menor o no es percibido por los demás.

  • Disminución de la autoeficacia

En el caso de la caída del cabello, la autoeficacia juega un rol elemental, pues el desequilibrio emocional generado impide a la persona mostrar su mejor versión y alcanzar sus objetivos.

Alopecia areata y sus causas emocionales

Trastornos emocionales que pueden producir alopecia

El estado anímico influye poderosamente en la fortaleza, el vigor y la durabilidad del cabello humano. Nuestro cuerpo es un rompecabezas que incluye gran variedad de piezas perfectamente encajadas. Entre ellas están las emociones. Sin embargo, cuando estas se alteran, el resto de las piezas terminan afectadas. 

¿La consecuencia? Problemas capilares y físicos que pueden manifestarse de muy distintas formas. Ciertas alopecias temporales están, a menudo, relacionadas con las emociones. Aspectos como la tensión, la ansiedad, el estrés o la depresión suelen desencadenar este tipo de manifestaciones.

La caída del cabello por causa emocional genera un efecto multiplicador del desencadenante anímico, porque a la ansiedad, la depresión o el estrés iniciales se suma otro factor sobrevenido de preocupación y malestar.

La depresión y el estrés no son lo mismo, pero el estrés puede influir en la depresión. Los cambios vitales repentinos y no deseados y los retos vitales continuos pueden aumentar el estrés. Cuando la caída de pelo está relacionada con estos motivos, solemos encontrarnos ante un caso de alopecia nerviosa o por estrés, que es como se conocen estos casos.

Para tener una visión más completa, podemos comparar los efectos de varios tipos de alopecia:

  • Alopecia androgenética. Avanza con los años y comienza con la miniaturización de los folículos pilosos. Finalmente, el cabello puede llegar a perderse por completo.
  • Alopecia emocional o nerviosa. La caída se concentra en muy poco tiempo, pero el pelo reaparece cuando se mitigan las causas.

Aunque se tengan síntomas de depresión o estrés, se recomienda acudir a un especialista para que pueda diagnosticar la causa de la alopecia, ya que puede ser que sea por otros motivos. Dado que una caída importante del cabello puede causar estrés y contribuir a un estado de ánimo decaído, podría darse el caso de que la caída del pelo sea la causa de la depresión, en lugar de lo contrario.

¿La alopecia areata tiene causas emocionales?

La alopecia areata es una afección capilar que se caracteriza por producir una pérdida de cabello en forma de parches en el cuero cabelludo o cualquier otra parte del cuerpo donde haya vello. Según algunos estudios, el 23 % de los afectados afirma haber padecido estrés o haber tenido un grave problema emocional o físico antes de sufrir el primer episodio de alopecia areata. Además de las emociones, diversos factores medioambientales, genéticos y autoinmunes influyen en la aparición de la enfermedad.